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Mujer Trabajadora, Si, pero si no es Madre

Hace 50 años la mujer casi no podía ni trabajar, estaba mal visto, y si lo hacía era, en trabajos como secretaria y con mucha suerte como profesora, aunque en las zonas rurales a parte de llevar la casa, también se encargaba de algunas tareas del campo o del cuidado de los animales. Y eso, aunque no era remunerado, era trabajo, y trabajaba para la economía familiar.

El movimiento activo feminista de los años cuarenta propulsó la idea de que la mujer podía acceder al mercado laboral y trabajar en cualquier trabajo. Antiguamente todos los trabajos eran de «hombres», así que la expresión «acceder al mundo laboral» significaba acceder a cualquier tipo de empleo.

Ahora según nos encontremos en países más o menos desarrollados feminísticamente hablando vemos diferentes evoluciones de este movimiento feminista. Personalmente, si hablamos de temas de mujer, el país más evolucionado es Francia, y quizás después me atrevería a decir España, y después los países escandinavos. En las últimas posiciones de esta tabla imaginaria pondría a Alemania, Estados Unidos y Reino Unido.

Mientras que en Francia se hablan de los problemas reales de la mujer abiertamente, como son la conciliación de la vida familiar y profesional, los problemas cotidianos de los hijos, cómo mantenerse femenina, cómo mantener la vida sexual activa siendo madre, casada, trabajando, y lo más importante cómo compartir con la pareja todas estas responsabilidades. Con estos puntos de vista, Francia está asumiendo un tipo de mujer «normal», o que al menos «debería-ser-normal-en-todos-los-países», un tipo de mujer que puede trabajar, que puede ser madre y trabajar, que puede ser femenina y tener cargos de responsabilidad, que puede ser femenina y ser madre, que puede ser amante y ser amada, ser madre y trabajar, en definitiva que puede decidir su estatus y situación en la sociedad abiertamente, sin ningún tipo de prejuicio. Cierto que siguen siendo la mayoría, las mujeres francesas madres que piden la reducción de jornada (los miércoles libres) para atender a sus hijos cuando no tienen escuela, pero este factor no las hace inválidas para trabajar y sus compañeros lo tienen en cuenta a la hora de planificar los proyectos, trabajos, etc.

En España estamos avanzados si, pero con un paso para atrás respecto a Francia, en el sentido, en que para tener éxito en el terreno profesional, o ser «mujeres de vanguardia» y/o modernas, todavía tenemos el prejuicio de que hay que «no-ser-madres», o «estar-solteras». Lo vi claramente estupefacta cuando en el mes de mayo leí en la portada y en un artículo de la revista InStyle de otro mes, creo que era marzo, en el que citaban «la mujer de hoy», y entre las páginas mostraban 5 mujeres «de hoy», todas ellas actrices, empresarias de éxito, de entre 30 y 35 años, solteras, y sin hijos. Es decir, esta es la imagen, que España, en este momento quiere ofrecer cómo mujer moderna. Aunque si es verdad que entre nosotras, en asociaciones de mujeres, en reportajes, sí se habla de cómo mejorar la conciliación de la vida profesional y personal, cómo ser madre y llevarlo todo, etc. Con ésto, estamos, los españoles, asumiendo que la mujer es libre, que puede decidir su papel en la sociedad, que puede trabajar y ser madre sin estar mal visto, y que en esta carrera de obstáculos, quizás pierda su feminidad. Pero la mujer española puede con todo! Y todo el mundo lo sabe!

En Alemania, que se encuentra entre los últimos de la tabla, es, desde mi punto de vista, uno de los peores países de cara al feminismo, con la promoción de un papel trogodita-dinosaurio de la mujer en la sociedad. Después de la segunda guerra mundial, hay dos Alemanias, que todavía hoy están muy diferenciadas, no sólo económicamente sino también en temas de mujer. Mientras que en el Este la mujer trabaja y hay una plaza de guardería por niño, en el Oeste no. Así que voy que hablar principalmente del Oeste, aunque las asociaciones, revistas, periódicos, impuestos, políticas sociales sean comunes. En Alemania (Oeste), la mujer se ve cómo una inválida cuando se convierte en madre, y en una semi-inválida cuando se casa. Es decir, que cuando cambia de estatus civil / madre de repente, cambia su libertad, cambia su forma de vestir, cambia su actitud de ella misma, pero también de la que las rodean. Deja de ser femenina, deja de trabajar, y pasa a depender íntegramente del marido (y con mucho gusto) y forzándo, al hombre, a tener éxito, para que entre más dinero en casa, y que la mujer pueda vivir mejor. La mujer acepta totalmente su papel, y el resto de la sociedad lo confirma, reprochando a las mujeres que no siguen este papel. Es decir, que Alemania aprueba que la mujer estudie, trabaje, pero sólo hasta un punto. En este punto, todo son ayudas para que deje su trabajo, cuide de los niños, y restricciones para que no se salga de este ideal de mujer-que-se-queda-en-casa y en el que pierde su identidad, libertad y feminidad. (quizás por eso no hay tanto paro ni problemas de pensiones en Alemania, porque la mujer no trabaja?).

Leyendo libros, escuchando la radio de otros países, me da la impresión de que en cierta manera se está forzando a la mujer media, a quedarse en casa en el momento en que se queda embarazada, sea para soportar la economía familiar/o del país, para soportar al marido, para educar y cuidar a los hijos, pero en definitiva fuerzan a la mujer a volver a su papel ancestral, a despojarla de su libertad de movimientos y de decisión, a despojarla de su feminidad cómo mujer, a sumirla en la ignorancia, en la sumisión al marido, en la sumisión a la familia y a que pierda su profesión y su estatus en la sociedad.

Cada país tiene su contrapunto, su forma de ver la organización del país, y hay que investigar bien antes de criticar nuestro propio país en temas de avances feministas, nos lo tenemos que creer, sómo muy modernos y estamos muy avanzados en temas de la mujer, pero hay que seguir avanzando y sobretodo exportando nuestro modelo, sin miedo, para liberar al resto de mujeres de esta «nueva-moderna-represión», es decir, que una mujer puede ser madre, trabajar, ser femenina, casarse y ser respectada como profesional, como madre, como mujer atractiva, como compañera y amiga.

La Penalización de la Mujer Trabajadora en Alemania

El estado del bienestar en Alemania tiene una fuerte base en lo que el estado cree que es el núcleo familial ideal y perfecto. Este ideal consiste en un padre, una madre y sus hijos. Es decir un padre que trabaja, y una madre que está en casa cuidando a la prole. Y este ideal de familia lo sostienen a base de duras presiones de los impuestos, a base de ayudas y a base de doctrina política. Una situación a denunciar, porque atenta totalmente con el ideal de mujer trabajadora y porque va en contra de la conciliación de trabajo y familia.

Primero en Alemania la cantidad de impuestos que se paga depende del estatus civil, hay diferentes categorías, por ejemplo una persona soltera va a estar en la categoría 1, y va a pagar más o menos un 40% del sueldo en impuestos. Cuando una persona se casa con otra, puede mantenerse en la categoría 1, o cambiar a otra categoría. Este cambio significa que tienes la oportunidad de que una de las dos partes de la pareja pague menos impuestos, es decir un 20%, pero la otra tiene que pagar más, es decir un 60% para así siempre mantener un total de 80% de impuestos aproximadamente en un núcleo de 2 personas. La ventaja es que si una parte de la pareja gana más dinero, pagando menos impuestos habrá más dinero dentro del núcleo familial. La realidad es que normalmente siempre es el marido el que gana más que la mujer, y eso quiere decir que si la mujer trabaja, ella, cada mes va a recibir un sueldo irrisorio por su trabajo. Y si se mantiene la tasa de impuestos al 40%, está claro que se está perdiendo dinero. Y aquí está una de las trampas.

Por otro lado, si en esta situación la mujer deja de trabajar y se queda en casa cuidando a los hijos o de la casa, en este caso el estado alemán le dará una ayuda (la cantidad de la ayuda depende en cada región de Alemania) por el hecho de quedarse en casa. Vamos a suponer que una mujer madre que decide quedarse en casa, quiera hacer un curso de Inglés, y necesite una guardería para sus hijos por las mañanas. El problema vendría, porque el estado alemán no le permitiría buscar una guardería porque ella no tiene un trabajo remunerado que le ocupa el tiempo. Es decir, para acceder a una guardería (aunque sólo sea media jornada) se tiene que demostrar que se está trabajando, porque sino el trabajo de dicha mujer-madre es de cuidar a los hijos y de no hacer nada más.

El otro problema viene cuando no hay suficientes guarderías en Alemania, y no me refiero al caso español.. comparándolo se podría decir que en España tenemos muchas! En Alemania el caso es muy grave, y el estado no da facilidades ni para promover cursos de personal de jardín de infancia, ni para promover la construcción de guarderías. Son iniciativas de padres, de comunidades, de empresas o de coperativas las que se encargan de las mayor parte de las guarderías existentes. A veces son los padres mísmos los que tienen que hacerse cargo de las guarderías, de su gestión, de la limpieza y de las bajas por enfermedad de las trabajadoras.

El siguiente problema son las escuelas públicas y sus horarios. En España tenemos «parbulitos» o la Educación Infantil que va desde los 2-3 años hasta los 6 años, y los horarios, con cierta variación, van desde las 9h hasta las 13h y desde las 15h hasta las 17h. Con comedores y actividades extraescolares. En Alemania la escuela pública empieza a los 6 años hasta los 10 años, con un horarios de 8h hasta las 13h. Es decir, cuando hablamos de guarderías en España nos estamos refiriendo al periodo de 3-6 meses hasta los 2-3 años. En Alemania nos referimos a que es casi imposible tener guarderías llamadas «Kindergarten» que van desde los 3 años hasta los 6 años, y ya imposible es encontrar guarderías llamadas «Kinderkrippe» que van desde el 1 año hasta los 3 años. Y este problema continúa porque en la escuela pública hasta los 10 años no hay comedores escolares, y los niños terminan su jornada a las 13h! Qué haces con los niños todo el mediodía y toda la tarde? Algunos ayuntamientos ofrecen un servicio público de canguros, o de mujeres que cuidan a niños, pero es difícil también de conseguir a una de estas «mujeres».

Como se puede apreciar, el sistema está pensado para que sea la madre y no el padre, el que se quede en casa cuidando a los hijos. Primero ofreciendo una baja de maternidad de 1 hasta 3 años, para favorecer el no-uso de las Kinderkrippe, dónde la madre recibe dinero del estado (60% el primer año, si sólo se pide uno, o un 30% los dos primeros años si se piden 2 ó 3). Ahora es cierto, la ley cambió y el padre también puede coger este periodo de baja paternal, desde el segundo mes de baja de la madre (pero no a la vez). Pero pocos padres se cogen un año de baja paternal.

Otra de las leyes alemanas absurdas y que obligan al matrimonio como figura ideal de familia, es el hecho de que si no se está casado, los hijos sólo pertenecen a la madre y no al padre. Es decir, en caso de no estar casados, el padre tendría que adoptar legalmente al hijo para asegurarse algún derecho sobre «su propio hijo» y que su nombre apareciera en los libros de familia, etc.

El estado casi «obliga» a seguir este ideal familial a base de ayudas a quedarse en casa, impuestos abusivos, y no favoreciendo la creación de guarderías públicas, ni cambiando los horarios escolares. Pero la realidad es bien distinta, la realidad es que está ocurriendo toda una revolución en contra del sistema, cuyo resultado es una baja de natalidad esquelética 1,30 (España tiene 1,46), una tasa de matrimonios bajísima 4,48 (España tiene 4,23), matrimonios exprés por el nacimiento de un hijo y una edad de ser madre por primera vez, que está por encima de los 35 años.