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Bettina Wulff y la Liberación de la Mujer del Siglo XXI

Después de varios artículos ultra sensacionalistas que el Süddeutsche Zeitung ha publicado, me he pasado al Die Zeit, mucho más objetivo e intelectual. Y sorpresa sorpresa, me he encontrado con este artículo de opinión en la última revista del periódico que salió a la luz el viernes pasado.

http://www.zeit.de/2011/08/Gesellschaftskritik-Pferdeschwanz

Ella es la mujer del Presidente de Alemania, nuestra modernísma First Lady Bettina Wulff, tatuajes, modus vivendi de mujer independiente de nuestros días, con hijos, pero no por ello, embasada al vacío de la perdición humana, y con mucho carisma. En el artículo se critica su cola de caballo, porque según el cronista, no es protocolaria ni de recibo. Verdad, quizás no sea protocolaria para recibir a los invitados estatuales al estado alemán, pero me fastidia leerlo, porque estos protocolos se extienden también al mundo de las empresas. Y este peinado es uno de los más severamente criticados en los despachos, llamándolo incluso despectivamente, el peinado sin peinar de estar por casa. Desde aquí voy a empezar a llamar a la cola de caballo, que deja la cara despejada y muestra un matiz moderno a la vestimenta ya restrigida del protocolo, el corsé del siglo veintiuno. Si Coco Chanel nos liberó del corsé en el siglo veinte con sus diseños en punto y ligeros, Bettina Wulff tiene que ser el ejemplo de la liberación del peinado en la mujer de la sociedad moderna-actual.

Me encanta cómo analizan la cola de caballo, si es alta, si es baja, si está en el medio, que si es con pelo largo, que si es con pelo corto. El lenguaje no-verbal de nuestro cabello es, fue y sigue siendo la carta de presentación de la profesionalidad de una mujer. Podemos estar de acuerdo o no, pero lo és, y una melena perfecta salida de una foto de una revista de 5 segundos, tiene que durar las 12h de una jornada laboral que cuenta desde que se sale de casa hasta que se entra. Perfectas, impolutas, la liberación todavía está por llegar. Pero esta foto, nos indica, que puede llegar, y esta crítica nos indica que la sociedad se va a resistir, pero por favor, desde aquí, desde Alemania, Bettina Wulff lo puede conseguir, tiene poder y puede revolucionar el encorsetamiento del protocolo, manteniéndolo pero dejándonos respirar.

 

Las Mujeres Lideran la Copa del Mundo de la FIFA

Si, así es. En estos días en los que se está celebrando la Copa del Mundo de la FIFA, estamos viendo cómo las mujeres están tomando ventaja, poniéndose en primera fila para ver los partidos de fútbol. Sean españolas, alemanas, francesas, todas ellas, mujeres, sufren cómo el más hooligan de los hombres, gritan, se exitan, se maquillan con los colores de la bandera y se visten de cabeza a los pies con las ropas de la selección.

Todas ellas, las futboleras, vestidas para la batalla del fútbol, para conquistar esta plaza que antes era ocupada sólamente por hombres, léase noches de fútbol igual a noches de hombres, conversaciones de fútbol eran sólo conversaciones de hombres, saber las reglas del fútbol era una señal inequívoca de que eras un hombre, y quedar los jueves por la tarde con los colegas del trabajo o amigos para jugar al fútbol era una actividad sólo de hombres.

Ahora ellas, han demostrado poco a poco, que no sólo para los hombres es el fútbol (o de especímenes femeninos raros amantes del fútbol), ahora nos encontramos con comentaristas cómo Laura Martínez, Rebeca Revilla y María Bretones en la Cadena Ser y Sara Carbonero en Tele 5. Nos encontramos a mujeres más interesadas en jugar partidos de fútbol, de entrenarse, de saberse las reglas, de tener uno o dos equipos de fútbol favoritos, de estar encantadas y emocionadas al hablar del partido del fin de semana, de ir a ver los partidos de fútbol de la liga, de la copa, de la UEFA y ahora del mundial. Con las amigas y/o con los amigos, en definitiva ellas saben ahora cómo disfrutar de un buen partido.

¿Qué está pasando? ¿Esta es otra batalla de la igualdad que las mujeres quieren ganar, conquistar? ¿Demostrar fácilmente que pueden atajar con éxito áreas que hasta hace unos años eran sólo para los hombres?

Los nuevos estadios de fútbol, más cómodos, más caros, más tecnológicos, más confortables, más limpios, más seguros, más adecuados a la familia, a llamar a las mujeres al estadio cada domingo, con zonas comerciales, con hoteles, restaurantes, sales de conciertos e incluso algunos con zonas SPA, y Chill Out. Conjuntamente con los clubes de fútbol que gracias a sus sistemas de CRM, márketing personalizado han sabido conquistar el corazón de miles de mujeres atrayéndolas a más de un partido al mes. Los Clubes y los nuevos estadios (recomendados por la FIFA) son parcialmente responsables de esta ferbiente oleada de mujeres histéricas y emocionadas que miran deleitadas los partidos de fútbol, y concretamente estos días los partidos de la copa del mundo. La organización de la FIFA liderada y manejada completamente por hombres, está pensando en las mujeres? ¿En hacer interesante el fútbol para las mujeres? ¿Por qué este cambio? ¿Por dinero? ¿Por imagen?

Yo me pregunto si, estamos en la etapa de la euforia, y todas estas mujeres les guste o no el fútbol, son unas guerreras  a la conquista feminina de la sociedad de la igualdad que estamos creando, o si son de verdaderas fanes fanática-emocionalmente ligadas a la fiebre del fútbol. El tiempo nos dará la razón, aunque se augura un largo periodo de batalla, ya que este fenómeno no ha hecho más que empezar.

Burka Sí, Burka No

Esta semana ha salido en ElPais.com la noticia de que el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, el sueco Thomas Hammarberg dijo que «hay que condenar la obligación de llevar el Burka, pero que las mujeres deberían de ser libres para elegir cómo se visten, sin interferencias de sus comunidades ni de las autoridades».

Podéis leer el artículo en el siguiente enlace:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Consejo/Europa/veto/burka/elpepusoc/20100309elpepisoc_7/Tes

Me parece muy correcta la respuesta del comisario después de las «movidas» que se han producido debido al tema en Francia, pero lo deja ambiguo, es decir, no lo resuelve. Por un lado, es verdad que no se puede prohibir una forma de vestir en un país democrático, pero por otro lado también es cierto, que tampoco se puede obligar a una persona a llevar una prenda determinada dentro de un país democrático. Así que, me parece a mí, que la jurisprudencia en este caso es clara, no se puede prohibir el llevar el Burka, pero si una persona denuncia a otra por llevarlo, un juez puede determinar que es peyorativo para según que personas. A mi modo de ver el Burka es más peyorativo para la mujer que lo lleva, que para la mujer que lo presencia y desde mi punto de vista, el Burka quita la libertad de expresión de la mujer, es decir de expresarse en sí mísma.

Y cómo dije en mi anterior opinión la paradoja de la ley de libertad de expresión se queda corta respecto al Burka, porque una mujer puede tener la libertad de elegir el llevar el Burka «libertad de vestirse como quiera», pero a la vez el Burka le impide disfrutar de su «libertad de expresión dentro de la sociedad».

¿Chanel diseña Burkas?

Esta en la paradoja con la que me encontré leyendo los artículos de prensa en Le Monde, y en ELLE sobre la nueva propuesta de ley en Francia que prohíbe la utilización del Burka (entre otras vestimentas) en los lugares públicos. Y mi lectura del libro «Girls of Riyadh» (Las chicas de Riyadh), que por razones de trabajo, me ha llevado gestionar proyectos en Arabia Saudí y me ha dado por interesarme por su sociedad (muy curiosa, todo hay que decir).

Particularmente yo estoy en contra del Burka, y especialmente cuando hace unos tres años vi por primera vez lo que era, en la plaza de España de Barcelona. Me dejó en schok y estuve pensando en ello días y días. Mi impresión fue la siguiente: Bajé del autobús, cruzé un paso de cebra y allí, parada, de pie, en frente del hotel Plaza, estaba «eso». La primera sensación fue miedo, susto, angustia, gritar, hay-dios-mio, pero-es-peor-de-lo-que-pensaba… Todos estos pensamientos juntos. Y eso, fue mi impresión al verla, no al llevarlo. La mujer se ve como una masa que deambula tintuveante, sin cara, sin expresión, una mancha negra en la calle. Es lo peor que le pueden hacer a una mujer, taparla. Para mi llevar el Burka es una violencia contínua, no sólo psicológica sino también física. La mujer queda reducida a nada, peor, a algo que hay que esconder.

Los grupos a favor de «la libertad de expresión de usar Burka» dicen que en un país laico, donde la libertad es un lema no se puede prohibir formas de «vestir». Para mi, quitar la libertar de expresión es un delito y el Burka lo hace con la mujer. En una sociedad occidental, dónde normalmente no se obliga a la mujer a llevar Burka, y dónde se respeta la multiculturalidad y dónde además la mujer disfruta de igualdad, dónde Simone de Beauvoir junto con otras mujeres luchó por esta libertad. No se puede permitir que mujeres que vienen de tierras orientales por tener una vida mejor fuera de su país, tengan que ver a través de sus 2 milímetros de rejilla, cómo mujeres con libertades van «vestidas» como ellas quieren y sin ninguna imposición.

El otro argumento que utilizan los grupos a favor de «la libertad de expresión de usar Burka» es que son las mujeres mismas las que deciden de llevar el Burka. Eso, ya no lo sé. Pero, esta ley es para «igualizar» a las mujeres libres de un país dónde su lema proclamado a los cuatro vientos es: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Es decir, libertad de expresión, todos juntos y contentos, pero sin olvidar que todas las mujeres y hombres tienen que tener los mismos derechos, pisando tierra occidental.

Un argumento más y paradójico, es como siempre decimos, la libertad de uno mismo termina dónde empieza la de los demás. En este caso la libertad de la mujer de llevar Burka termina dónde empieza la libertad de la mujer en sí misma.

Y aquí tenemos la paradoja, Chanel, Valentino, Gucci entre otros venden sus exquisitas piezas de ropa en Arabia Saudí o en tierras orientales, pero también sus correnpondientes Burkas en finas telas negras para taparlos!

Pero tranquilos, no sólo para las mujeres sinó también las túnicas blancas (thobe) que los hombres utilizan. Claro la diferencia a parte de en el color, con los trajes-tapa-trajes de los hombres, es en que el hombre no esta escondido.