Fuck-me Shoes

Los «fuck-me shoes» son aquellos zapatos de tacón alto que te quedan tan irresistiblemente bien, que está una tan sexy, que lo hombres no dudarían en seguirte hasta el fin del mundo si se lo pidieras en ese momento.

La frase dónde he sacado esta expresión, viene del libro que me estoy leyendo ahora «Notting Hell» de Rachel Johnson, cuando escribe: «There’s no point in wearing fuck-me shoes if you’re walking children to school – through lots of more high maintenance mothers do.» que significa «No voy a llevar ni de lejos, tacones altos ultra chic para llevar a los niños al cole, aunque otras madre de alto stading lo hagan».

Mi reflexión está dirigida a las madres que deciden voluntariamente quedarse en casa para cuidar a la prole. Sean de la clase social que sean, todas al fin y al cabo tienen los mismos problemas durante el día: organizar la casa, organizar su agenda de actividades, si tienen un trabajo extra pues hacerlo, cuidar que sus hijos lleguen al colegio puntualmente y a sus demás actividades extra-escolares, que hagan sus deberes y al final del día acostarlos y preparar la cena para el marido que llega del trabajo. Un trabajo que dura la friolera de las 24horas al día.

Luego están las otras madres que trabajan y que no se quedan en casa cuidando a la prole, pero que hacen la lista de tareas de las madres que se quedan en casa más su trabajo de mínimo 8 horas diárias.

Ya he oído varias veces, tanto aquí en Alemania como en Francia la retórica, de que: Por qué trabajar? Si nos mantienen, nosotras en casa sin hacer nada.

Después de años, y mucho tiempo de aburriemiento (la mayoría, no todas) exclaman como excusa que tienen miedo al cambio, a volver al trabajo, y que es complicado salir del círculo vicioso de estar en casa. Que es duro buscar trabajo cuando has estado muchos años sin responsabilidades profesionales, que los empresarios no quieren saber nada de madres o amas de casa.

Cierto, cierto, pero también tenemos que anunciar bien alto el «mea culpa» y las pocas ganas de luchar literalmente contra el sistema. Porque si en algo define la batalla del feminismo, es el contra-conformismo. Si por todas las mujeres que lucharon contra el estatus de la mujer en la sociedad, fue el luchar, el no ser conformistas, el levantarse por la mañana y ponerse a trabajar contra toda imposición cultural contra su libertad de expresión (sea trabajar, votar, tomar decisiones, decidir si tener hijos o no, etc, etc).

Esta semana pasada leí en la Vogue UK del mes de julio, una entrevista a la Madame Massanet, la mujer que ha levantado ella sola el imperio de las ventas de moda y productos de haute-couture en internet, llamado net-a-porter.com, y theoutnet.com. En ella, le preguntaron a la Madame Massanet por su éxito, y ella contestó: «Contratar a madres trabajadoras, porque ellas son multi tarea y extremadamente productivas». Ahí está la clave de que esta Madame super inteligente ha comprendido y que el resto de dinosaurios-hombres-de-negocios-empresarios no.

Otra de las cosas que me encantó de la entrevista, es que ella va vestida super elegante y con taconazos, y todos sus trabajadores/as también! Ésta es una de las batallas que nos quedan por ganar, y que ya se empieza a conquistar pequeñas parcelas, pero todavía no todas. Que una mujer ultra femenina, bien vestida, ultra fashion tenga responsabilidades y que le tengan respecto como buena profesional. Que no sólo las feas y mal vestidas tienen porqué tener éxito en los terrenos ejecutivos o en negocios que no tengan que ver con la moda.

Ahí está mi punto de «fuck-me shoes», las mujeres se auto desprecian por llevar zapatos de tacón alto, por ir sexys? En el momento que nos sentimos guapas nos sentimos también incapaces de ser profesionales? Despreciamos también a las mujeres que se sienten sexys? Las sentimos como amenazas sexuales respectos a otros hombres?

Sin entrar en temas biológicos y de nuestra naturaleza antropológica, el nuevo feminismo tiene que sobrepasar la barrera alta y bien puesta en nuestras cabezas femeninas de los prejuicios católicos, que nos impusieron durante el siglo pasado, en tiempos de la post-guerra española. Así que mujeres, liberaos, y con fuck-me shoes a comerse el mundo profesional, en el que tenemos muchas cosas que decir y hacer. O para ir a buscar a los niños al colegio, o ir a comprar el pan. Y cómo un día me dijo mi hermana-ultra-fashion: «Un día mi compañero de departamento, me dijo que tenía una presión super grande al trabajar conmigo al lado, porque no podía no cordinar bien los colores de la ropa, o no llevar limpios los zapatos o utilizar calcetines acordes con la vestimenta».

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